viernes, 3 de junio de 2011

IMPUNIDAD, LOS CAMINOS POSIBLES (Editorial de El Popular 3/6/2011)



Luego de la derrota sufrida en el Parlamento al no aprobarse la Ley Interpretativa que anulaba los efectos de la Ley de Caducidad se abrieron nuevos escenarios para la lucha por Verdad y Justicia. La Sentencia de la Corte Interamericana de DDHH que obliga al Estado uruguayo a eliminar todos los obstáculos para la investigación de los crímenes del terrorismo de Estado y el castigo a sus responsables, sigue firme.

El compromiso ético, histórico y político de las organizaciones sociales y de DDHH, de un importante sector de la población dispuesto a movilizarse y comprometerse, como quedó ratificado el 19 y el 20 de mayo, del FA como expresión política de lo anterior y de su gobierno, también.


Las acciones necesarias son muchas y en diversos campos.


En el terreno estrictamente judicial, la Suprema Corte de Justicia ha dado señales contradictorias, aunque en su mayoría francamente negativas. Se negó a tipificar como delitos de lesa humanidad los crímenes de la dictadura pero no se pronunció sobre su prescripción el 1° de noviembre. También archivo el expediente que había abierto contra la jueza Mariana Motta por participar en la Marcha del Silencio, aunque igualmente esbozó un cuestionamiento. La Suprema Corte quedó como una de las más conservadoras de toda América Latina con su resolución negándose a tipificar como de lesa humanidad los crímenes del terrorismo de Estado. Sin embargo el camino para evitar que el 1° de noviembre prescriban los delitos sigue abierto. Lo podría subsanar la propia Suprema Corte, de la misma manera que se hizo en la recuperación democrática una excepción de prescripción, y no se computaron los años de dictadura, resolver ahora, en virtud de la sentencia de la Corte Interamericana que la declara nula, que tampoco se cuenten los años de vigencia de la Ley de Caducidad.


Si esto no ocurre la solución podría venir por el lado del Poder Legislativo que mediante una ley podría consagrar este régimen de excepción de la prescripción o lisa y llanamente declararlos delitos de lesa humanidad o imprescriptibles. Pero la Justicia tiene que hacer mucho más: acelerar los juicios en marcha, prepararse para resolver los que se están presentando y dotar de recursos humanos y logísticos a los jueces para que investiguen. Lo exige el dictamen de la Corte, la demanda social y también el tiempo transcurrido para las víctimas y sus familiares.


El Poder Ejecutivo debe revocar todos los actos administrativos que ampararon casos en la Ley de Caducidad, también en cumplimiento del dictamen de la Corte Interamericana. Lo puede hacer de oficio no hace falta que se presenten denuncias o escritos y además, puede dejarlos sin efecto con un decreto único. Pero también debe hacer más, debe abrir todos los archivos y fundamentalmente debe comprometerse más con la investigación y la búsqueda de la verdad. La instalación del Instituto de Derechos Humanos es un paso.


La conformación de una Comisión de la Verdad, con amplias potestades y con una integración que refleje a la mayor cantidad posible de sectores sociales, religiosos y políticos, también lo sería. Desde las organizaciones sociales se debe promover la organización y presentación de denuncias y aportar a la investigación. Se debe movilizar y convencer, sumar y no restar voluntades.


HIJOS pedirá al Poder Ejecutivo que revoque todos los decretos que ampararon casos en la Ley de Caducidad, es un camino a recorrer. Se debe actuar desde el FA y desde su Gobierno para que las causas caminen, para que la prescripción no se concrete; no sólo para que Uruguay no sufra el escarnio de una nueva condena esta vez por desacatar un fallo de la Corte Interamericana, sino y fundamentalmente, porque sería una derrota seria en el proceso de acumulación hacia los cambios y una victoria de la derecha en su esfuerzo por mantener la hegemonía cultural e ideológica, en el sentido puro y duro, sobre la sociedad. La derecha, con las presiones desembozadas para impedir, como finalmente ocurrió, que se votara la Ley Interpretativa, sigue en ofensiva, política, mediática y judicial para lograr su verdadero objetivo: que llegue el 1° de noviembre y la Justicia no investigue más. Recusa jueces y juezas, miente y maniobra. Su objetivo es que siga la impunidad, es un eslabón central de su estrategia de poder.


Derrotar la impunidad no sólo es un imperativo del Estado por sus obligaciones internacionales. Es un imperativo político y ético para la izquierda, para el Frente Amplio, para el Gobierno, para seguir acumulando en el sentido de la profundización de los cambios. También lo es por el golpe que los fracasos sucesivos han generado con un sector importante de la militancia de izquierda, sobre todo los jóvenes. Por todo ello no hay proyecto de cambios posible con impunidad. La derecha quiere llegar a noviembre sin novedades. La izquierda debe demostrar que puede actuar en toda la sociedad para terminar con esta vergüenza para la democracia y la libertad de todos los uruguayos.

miércoles, 31 de diciembre de 2008

genocidio en palestina



PALESTINA: EL GENOCIDIO QUE NO CESA

El bombardeo de la Franja de Gaza por fuerzas de Israel comenzado el sábado 27 de diciembre, no tiene justificación. No es un enfrentamiento entre dos ejércitos. Sigue siendo la continuación del terrorismo de estado que practica Israel (la potencia ocupante), sobre el pueblo palestino. A la luz del derecho humano internacional sólo cabe calificar al estado de Israel de genocida y criminal.

El 9 de diciembre pasado, el Secretario General de la Naciones Unidas, decía en ocasión del 60° Aniversario de la Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio: “La Convención fue la consecuencia directa del intento de exterminar a la población judía durante el Holocausto y desde entonces ha representado la aspiración de las Naciones Unidas de impedir que ese horror se vuelva a producir.” Agregando: “La Convención obliga a los Estados signatarios a “prevenir y castigar” el delito de genocidio; a actuar contra los que matan o cometen otros actos graves “con la intención de destruir, total o parcialmente, a un grupo nacional, étnico, racial o religioso, como tal”.

En virtud de la Convención, los intentos de cometer genocidio e incitación pública al genocidio son actos punibles.

El pueblo palestino ha sido sistemáticamente expulsado de sus tierras. En 60 años, la superficie de Palestina se redujo a menos de la mitad del territorio que le adjudicó NNUU. Cisjordania se encuentra fragmentada por carreteras israelíes que unen asentamientos ilegales de fanáticos amparados y alentados por la fuerza ocupante. El muro de la vergüenza ahoga vastas áreas de territorio palestino, pese a que la Corte Internacional de La Haya (2004) no sólo lo consideró ilegal sino que ordenó su demolición. Resolución convalidada por la Asamblea General de las NNUU.

Hace 60 años, la Ciudad Vieja, Jerusalén Oriental fue asignada a Palestina y allí su pueblo aspira a erigir su capital. Después de 1967 Jerusalén Oriental fue ocupada por Israel. En 1980 mediante la “Ley de Jerusalén” la potencia ocupante declaró “unilateralmente” a la ciudad como su capital “eterna y unificada”. La anexión fue rechazada por los países miembros de las NNUU.

En la Franja de Gaza, que ocupa poco más de la mitad de la superficie de Montevideo, se hacina un millón y medio de habitantes. La mayoría de la población son refugiados que viven en 8 campamentos de la NNUU. El 50 % tiene menos de 15 años. Alrededor de dos tercios de los palestinos viven bajo el umbral de la pobreza. Según cifras oficiales, un tercio de la población está desempleada.

En setiembre de 2005, la potencia ocupante se retiró de la Franja de Gaza pero controla las fronteras y las cierra aplicando castigos colectivos a la población, creando periódicas crisis humanitarias, que nunca se terminan de subsanar. Los asesinatos selectivos (es el único país del mundo que aplica la pena de muerte por presunción), las incursiones armadas, la destrucción de viviendas y cultivos, los bombardeos son una constante en la vida de sus habitantes.

Estamos frente a un genocidio. Hace unas horas, el lunes 29, el general de brigada Dan Harel, jefe adjunto del Estado Mayor israelí, lo expresó claramente: “esta operación es diferente de las anteriores. Hemos establecido un alto objetivo que estamos tratando de lograr”. “Estamos atacando no sólo a los terroristas y los lanzadores de cohetes, sino también a todo el Gobierno de Hamás y todas sus ramificaciones”, especificó Harel, agregando “estamos bombardeando los edificios gubernamentales, las fábricas, las fuerzas de seguridad y mucho más”. “Exigimos la responsabilidad gubernamental a Hamás y no hacemos distinciones entre las distintas ramas. Después de esta operación no quedará un edificio de la organización en pie y el plan es cambiar las reglas del juego”, añadió. (www.aurora-israel.co.il)

Cabe recordar que Hamas (Fervor), es un movimiento Islámico que se inició en 1987 como una obra de Socorros Mutuos y aún hoy, sigue siendo una obra social en una sociedad fuertemente pauperizada. El triunfo de Hamas en las elecciones del 2006, tiene sus raíces en los lazos de solidaridad establecidos entre sus miembros y con sus comunidades. Con la destrucción de las redes sociales se acelera y profundiza el genocidio del pueblo palestino.

Los objetivos de Israel expresados por Dan Harel son una violación de los Convenios de Ginebra (12 de agosto de 1949) y el Protocolo I (8 de junio de 1977) y pasibles de ser juzgados por tribunales internacionales, por ser crímenes de lesa humanidad.

Peter Hansen, director de la agencia de Naciones Unidas para los refugiados palestinos, UNRWA, resumió, en noviembre, la situación en Gaza y Cisjordania: “Las estadísticas de muerte, destrucción y pobreza no llegan a transmitir el verdadero sufrimiento de la población en los territorios ocupados. Barrios enteros (...) han sido arrasados. En nuestras escuelas una generación completa crece en un ambiente de violencia aterradora. La maldición de la pobreza endémica alcanza ahora a dos tercios de la población”.

No basta con parar esta nueva agresión de Israel. Hoy estamos frente a un nuevo baño de sangre, pero en ningún momento ha cesado Palestina de sangrar. Es necesario llamar a las cosas por su nombre: estamos siendo testigos de un GENOCIDIO.

¿Qué hacer frente a un genocidio? Hay tantas propuestas, respuestas, consignas… No hay recetas. ¿Cuál está a nuestro alcance? ¿Cuál es la mejor?... ¿Quién lo sabe?

Lo que sí sabemos es que no somos ciegos ni sordos… ni mudos. Callar no ayuda. Nos hace cómplices.

Por la Comisión de Apoyo al Pueblo Palestino - Uruguay.

Ing. Agr. Ruben Elías Arq. Carlos Altezor

Presidente Secretario

Para comunicarse o por más información:

E-mail: palestina@adinet.com.uy

Blog: http://palestina-uy.blogia.com